jueves, 26 de marzo de 2009

¿Tu sexo es placentero?



Ese tesoro llamado sexo nos causa tanto placer como aflicción. A través de él comunicamos y recibimos amor y por él, a veces, sentimos dolor.

Se dice que en toda relación de pareja el sexo en gran medida es el causante de que la balanza se equilibre hacia la armonía o por el contrario hacia la ruptura.

Un hombre y una mujer, usualmente, y no con ello quiero dejar fuera a los homosexuales, se sienten fuertemente atraídos y pueden verse volcados hacia el desenfreno pasional sin ni siquiera haber cursado palabra. Esta es la fuerza del sexo que llama, incita y perturba.

¿Es posible el sexo sin amor? Cada día más podemos asentir la afirmación a ese interrogante. Ya no hay que ser “prostituta” para permitirse el lujo de “hacer el amor” cuando uno quiere y con quien le apetezca.
Cada vez más privan aquellas relaciones de una noche, intensas pero irrepetibles, en las que el propio orgasmo es lo que prevalece sin importar el mañana.

Pero... ¿y el amor? Esa bella palabra que tanto condensa en sí misma.
¿Dónde queda el Romanticismo, el arte de atraer al otro con minúsculas gotas de uno mismo? Creo que todavía pueden conservarse dentro de la pareja si así lo deseamos porque a pesar del libertinaje alcanzado en nuestra sociedad, el sexo con amor es vivido más profunda e intensamente.
Cuando simplemente haces el amor una noche cualquiera sin ni siquiera haber intercambiado palabras con quien supuestamente se puso a tiro, terminas sintiendo un gran vacío interior porque no has hallado el amor en sus caricias ni en sus besos.


Nuestros cuerpos se abalanzaron uno hacia el otro como si tuvieran vida propia o se hubieran olvidado de pedir permiso a nuestro yo, mente espiritual y… gozamos de lo que curiosamente se ha dado en llamar Sexo.


Cuando alcanzamos la plenitud de nuestra adolescencia emanamos sexo a cada aliento que damos. Cada percepción, sensación produce un efecto dominó por todo nuestro cuerpo ardiente y sensual. Con el paso de la adolescencia florecemos pasionalmente con todo nuestro sexo pero la cultura recibida impondrá su severidad censurando tanto las acciones como las fantasías que se deriven de su práctica.

¿Porqué se vive el sexo como tabú cuando es una de las mejores cosas que se le ha concedido al ser humano?

Nuestro primer beso jamás será olvidado, turbios los labios se juntaron, algo chispeante recorrió nuestro interior ¡qué sensación!
Siento tus manos recorriendo fugazmente mi cuerpo, tus dedos apenas imperceptibles exploran cada palmo de mi sensualidad.

Cuando vives en esa etapa cualquier relación amorosa es sentida en todos sus extremos como si tuvieras que absorber cada experiencia hasta su último aliento. Pero el tiempo y el cúmulo de experiencias nos hacen madurar y experimentar más objetivamente.

Cuando decidimos asentar una relación de pareja tenemos claro que el sexo con él funciona porque si no fuera así ya no daríamos ese paso en nuestra vida. Lo queremos, funcionamos equilibradamente en la cama y mantenemos una buena comunicación proporcionándonos seguridad y respeto.

El sexo es el ingrediente básico para que las parejas persistan unidas pero es necesario que la forma de vivirlo sea abierta y con respeto.

El sexo es cosa de dos y ambos deberán estar preparados para dar y recibir lo cual aportará plenitud y equilibrio a la pareja.

3 comentarios:

L.N.J. dijo...

Hola encanto.

Tampoco entiendo que el sexo sea un tabú, si desde épocas remotas es exactamente por lo que disfrutamos , en placer y nos reproducimos.
Pero bueno, quizás tenga que ver con los comentarios de Freud, el sexo va ligado a otras ramificaciones de nuestras vidas, donde el placer de disfrutar lo convertimos en un gran problema.

Ahi va :::

La viejita y el gigolo.

Un joven, guapo, con un cuerpazo, estaba desempleado y decide prostituirse y pone en la puerta de su casa un letrero que con letras grandes decia:

CAMA: 1000
CATRE: 500
SUELO: 250

En eso pasa una viejita y se queda mirando muy atentamente el letrero.
Se va a su casa, rompe el cochinito, cuenta su dinero y se va al prostíbulo.

Al ver al joven, le extiende las monedas que lleva en la mano. El muchacho detenidamente la observa y cuenta el dinero: 1000.

El joven mira a la viejita picarona y le dice:
- ¡¡LO QUIERE EN LA CAMA!!
A lo que la viejita sonriendo con malicia le responde:
- No mijito, ¡¡¡LO QUIERO CUATRO VECES EN EL SUELO!!!

! A ver si aprendemos !.

PANTERA, NIÑA GUAPA, BONITO BLOG Y QUÉ BUENOS RECUERDOS ME TRAES.

Cuidate cielo.

XoseAntón dijo...

El sexo, la primera droga con la que se traficó en el mundo. Nunca lo he entendido, siendo uno de los mayores places y, encima, gratis(bueno, eso si no se es tan exigente como la viejita del comentario de L.N.J.)

A mí me gusta siempre que se trate de un juego, un juego entre dos, sin más ropas que esas. Cuando se le viste demasiado, cuando se convierte en solemne pierde el encanto.


Bikiños

Paco dijo...

Un tema tabú para muchos y tan natural para otros. ¿Sexo?, si todo el posible sin llegar a extremos. ¿Quién fija esos extremos?. La pareja ha de ser capaz de hacerlo. El amor es un punto primordial para que el sexo actúe como un aceite reparador del cuerpo y de la mente.

Con respecto al chiste de la viejecita, creo que era muy lista ella.

jeje