sábado, 9 de enero de 2010

Miedo




El miedo es una emoción que provoca un shock en nuestro organismo y como consecuencia ejecutamos dos tipos de respuesta: la paralización como si nos hubiéramos quedado en estado catatónico, o bien, la huida.
En ambos casos la respuesta emitida es inadecuada ya que cedemos nuestro poder al acontecimiento que nos provoca esa emoción. Y entonces estamos desprotegidos.
Se dice que el miedo o temor es una respuesta innata como método de supervivencia. Pero lo que NO se nos dice es en base a qué creencia estimo necesario considerar que estoy en riesgo de supervivencia. Y lo peor: ¿A quién protejo: a mi aspecto externo o a mi conciencia? De aquí surge otra pegunta ¿Con cual de ambas entidades me identifico?

Según este análisis que sigue, se puede corroborar que el miedo es una emoción primaria de la que emanaran otras emociones igualmente negativas para el ser humano. Veamos algunas de ellas:

La ira: estallido de rabia, enfado, descontrol causado básicamente por una pérdida del Ego (mi aspecto externo). Nos enfadamos cuando nos quitan el aparcamiento que “seguro” teníamos derecho a obtener. Nos enfadamos cuando bajo nuestro criterio (siempre definido por la percepción ofuscada del ego) nos juegan una mala pasada, nos hacen una faena, nos traicionan. Nos enfadamos cuando perdemos una partida, un juego, un amigo-a, un marido-una esposa. La ira es una reacción defensiva ante un ataque que tememos. Nos da miedo perder la soberanía de nuestro Ego.

La tristeza: estado de debilitamiento anímico en el que nos invade la sensación de fracaso y abandono. Nos entristece que nos dejen, el sufrimiento, la pérdida de nuestros vínculos. Tememos sentir la soledad porque nos estamos identificando con nuestro vehículo exterior y por este motivo no vemos la conexión que tenemos con todas las cosas que forman nuestro Universo. De nuevo el Ego nos nubla la percepción haciendo que surja el miedo.


El miedo nos debilita, nos resta poder, poder para elegir sentirnos libres y capaces de conseguir todo lo que nos propongamos. Nosotros somos los arquitectos de nuestra realidad, una en la que tenemos que sentirnos tremendamente pequeños para identificar la grandeza de la totalidad que nos envuelve, pero también igualmente grandes para sentirnos parte de esa maravilla.


¿Cómo hacemos para salirnos del Miedo?

Es simple al tiempo que complejo.

El primer paso es: Identificarnos con nuestra conciencia interna. Esto quiere decir encontrar la forma de acercarnos a nuestro verdadero Ser y para ello, hay que empezar a dejar las diferencias de un lado, salirse de los materialismos, sentirse conectado a todos y cada uno de las personas y cosas que forman parte de esta creación.

El segundo paso es: Salirse de las creencias, valores aprendidos con nuestra mente racional y analítica porque ella ha recibido la formación desde el cuerpo con el que se identifica y se halla contaminada.

El tercer paso es: Creer el poder que tenemos. Ello nos liberará de la emoción negativa del Miedo.

El cuarto paso es: Explorar como una única emoción la práctica del amor desinteresado, no turbado con contaminantes de nuestra Sociedad.


Las guerras, la caída de la Economía, las diferencias de Gobierno, las razas, las enfermedades, las comparaciones, los malos-los buenos, la necesidad de protección, la falsa seguridad… y un largo etcétera dejan que entre de lleno el Miedo en nuestras vidas convirtiéndonos en “títeres” de unos pocos que se creen con más poder que el resto de la Humanidad. Ellos están jugando una larga partida de “Monopoly “ siendo la Banca y nosotros accedemos con los ojos vendados a perder nuestra única verdadera posesión: nuestra conciencia infinita.


Abre los ojos y simplemente no tengas miedo, ama y siéntete libre, no permitas que te aten porque NADIE es tu dueño.