sábado, 18 de diciembre de 2010

Caos




No estoy poco acertada cuando afirmo que estamos abocados al caos y me remito a la situación actual que vivimos en este planeta que habitamos en nuestra condición humana.
No hay que irse muy lejos para constatar los hechos que están sucediendo y que lamentablemente nos están haciendo sentir bailando dentro del caos y desequilibrio. Antaño hechos como los que actualmente suceden podían deberse a “las vacas locas”, “enajenación mental transitoria”, “emociones desajustadas como los celos enfermizos”, por nombrar algunos de los nombres con los que se justificarían conductas como las que esta semana provocó un vecino de la comarca catalana de Girona. Pero ciertamente, ¿es ese un fenómeno aislado? Ni es aislado ni hay motivo que justificase (si ello cabe en lo posible) tal atrocidad. Sólo se me ocurre que la mente de ese individuo entró en el caos que gobierna nuestros días.

La sociedad está quebrando, están cayendo los poderes que la sustentaban y los individuos que siempre hemos sido marionetas de la misma, aunque de manera inconsciente, empezamos a identificar los líderes del caos, aquellos que han gobernado nuestras vidas imponiendo a su antojo nuestro supuesto libre albedrío. Dosificaron nuestra agua, acordaron unilateralmente cánones para disponer de ciertas “necesidades indispensables” creando estatus, diferencias sociales y nosotros seguíamos tolerando, cerrando los ojos a nuestros hermanos pobres, creyendo que la pobreza tenia que existir para equilibrar la balanza de la riqueza.
Ilusos sentimos que si trabajábamos mucho podríamos tener ciertas comodidades, nos hicieron creer que podíamos dejar de soñar y convertir nuestros sueños materiales en realidad y así dimos alimento a los Bancos para construir su Imperio, ese que ahora se desmorona pero que nos esta llevando consigo en su caída.

Se creó una sociedad desigual, que llamó democracia al control oculto, sociedad que no pensó en las personas por igual sino que marcó diferencias desde que tenemos conocimiento. Amigos, el feudalismo no ha dejado de existir.

Ahora que hemos cambiado los valores de la humanidad, que hemos dado luz verde a la separación, a la polaridad, al materialismo como única compensación humana, que nos distanciamos de nuestra fuente divina para ingresar de lleno en la otra cara de la moneda, donde se dan la mano, la crueldad con el engaño, la competencia con la avaricia, ahora es cuando el caos se apodera de nuestras vidas porque este mundo ya no es sostenible.

Ahora toca que el poder mundial se quite su máscara, deje de jugar este juego de marionetas que se han inventado para tejer nuestras vidas y desocupen sus cargos. Cada ser que habita este planeta tiene el derecho de decidir por él mismo, tiene el derecho de conocer todos los engaños con los que han llenado nuestras vidas.

Sólo la manipulación genética explica el desorden mental de las personas, sólo la sensación de indefensión que ha sumido esta sociedad actual a muchas de las personas que habitan hoy nuestro Planeta puede justificar los repetidos actos “incongruentes” que ocupan nuestras noticias.
Vale decir que nos cuentan lo que interesa que sepamos, porque como cobayas de laboratorio ahora mismo lo que necesitan es que entremos en pánico, en caos, para hacer más atractivo el juego de tu vida. Sólo que precisamente tú no te diviertes.