sábado, 6 de noviembre de 2010

Trastornos de la Personalidad




Cada ser humano es dueño de una personalidad propia y por ello somos únicos. Nuestra personalidad es la que marca la persona y su adaptación a las diferentes circunstancias de la vida será la que marque a menudo la diferencia entre trastorno o no.
Podríamos definir la personalidad como un conjunto de rasgos que contribuyen a la conformación mental del sujeto dándole su propia fisonomía. La personalidad es como una especie de masa moldeable que intenta equilibrarse con las distintas situaciones de la vida para llegar a una adaptación sujeto-entorno. En resumen, es el conjunto de características constantes de un individuo. Estas características conforman a su vez inteligencia, carácter temperamento, constitución y como conjunto que es tiene tanto elementos sanos como deficientes. El ser humano reacciona frente a las circunstancias de la vida tanto con unas como con otras. Si una persona tiene complejos es evidente que reaccionara con ellos a la vez que con el resto de la personalidad.
El arte de vivir no se hace posible si la persona no se ha desprendido de aquellos impedimentos que le impone su propia personalidad. Hay que evolucionar frente a las situaciones que vivimos y saber adaptarnos para conseguir una armonía cuerpo-mente.
Las enfermedades de la personalidad son muchas; diferentes influencias del entorno vivido, modelos inapropiados de educación, conflictos en la relación padres-hijos, situaciones límites y un sinfín de etcéteras pueden producir los llamados trastornos de personalidad.

Trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo
Se consideran controladores y responsables tanto de ellos mismos como de los demás. Es como si creyeran que todo depende de ellos y por tanto deben alcanzar y mantener el nivel óptimo de perfeccionismo. El resto de mortales aparecen ante sus ojos como “ineptos” y “despreocupados”. Para sobrevivir necesitan orden y perfección. Para ellos es catastrófico perder el control o no llevar a cabo los “deberes” que a menudo se autoimponen. Cualquier fracaso puede llevarlos a la depresión. Son individuos demasiado exigentes con un alto nivel de ansiedad que se frustran habitualmente.

Trastornos de la personalidad por dependencia
Se sienten desvalidos, desprotegidos necesitando continuamente el apoyo de los demás. Son los otros, los fuertes los que les proporcionan los recursos necesarios para alcanzar la felicidad. Sin ellos, no son nadie. Son tremendamente débiles y con una autoestima muy baja.
Este tipo de personas pueden funcionar perfectamente mientras cuenten con el apoyo y cuidado de la persona “fuerte”. Si ésta les falla, se hunden.
Su principal temor es el rechazo o el abandono.

Trastornos de la personalidad pasivo-agresiva
Su estado levita entre la pasividad y sumisión para mantener sus relaciones con el entorno y la agresividad que explosiona frente a la pérdida de autonomía que sienten en su interior. La ambivalencia les marca: necesidad de apego y miedo al abuso fluctuando entre una conducta pasiva y una conducta agresiva como aquel globo que finalmente se hincha y explota.

Trastorno paranoide de la personalidad
El sujeto paranoide es desconfiado por naturaleza. Siempre atento esperando pillar con las manos en la masa a aquél que le traicione. Ve fantasmas donde no los hay. Todo el mundo es una gran conspiración contra sí mismo.
Es cauteloso, sus interpretaciones siempre son complicadas y falsas.
Teme ser secretamente manipulado o controlado.
La ansiedad continua que sufren provocada por sus “manías” les hace a menudo solicitar terapia.

Trastorno narcisista de la personalidad
Se consideran especiales, divas, superiores a todo ser humano. Esa condición les posibilita un trato diferenciado del resto de la humanidad. Si no lo obtienen, pueden castigar o bien sentirse terriblemente frustrados.

Trastorno antisocial de la personalidad
Este tipo de personas se consideran autónomas y con fuerza en sí mismas. Creen tener derecho para violar las normas y reglas impuestas. La personalidad antisocial “primero pega y luego pregunta”. Pueden delinquir abiertamente o bien ser más sutiles y estafar mediante astutas manipulaciones.
Su creencia es que el mundo es injusto y yo merezco tener aquello que tienen otros. Sus actos delictivos siempre están justificados por ellos. No hay normas, no hay distinción entre el bien y el mal.

Trastorno esquizoide y esquizotípico de la personalidad
La palabra clave es el aislamiento y su estrategia mantenerse a distancia de los demás para preservar su soledad al máximo. El acercamiento de los demás lo viven como intrusión y ello representa una amenaza para su vida.

Trastorno de personalidad por evitación
Estas personas desean la cercanía con el entorno pero a la vez temen ser heridas. El temor al rechazo, al dolor les hace evitar toda relación y así no pueden llegar a sufrir. Evitan la evaluación, el riesgo porque el mayor temor que pueden sentir es la humillación. El paciente evitativo limita sus expectativas, se abstiene de compromisos porque en ellos existe el riesgo al fracaso.

Trastorno histriónico de la personalidad
Se viven como encantadoras con cierto estilo y totalmente merecedoras de atención por parte de los demás. Necesitan cautivar como modo de funcionamiento, atraer, expresar emociones de forma abiertamente manifiesta. Son unos excelentes actores, pues su vida entera parece puro teatro. Confabulan, manipulan siempre para conseguir que el resto se mantenga a sus pies. Bajo un aspecto jovial y seguro se esconde el temor a la indiferencia y rechazo.

Trastorno límite de la personalidad
Aquí se amontonan aquellos trastornos difíciles de encasillar, que están a caballo entre la neurosis y la psicosis. Se define como una pauta duradera de percepción, relación y pensamiento tanto sobre el entorno como sobre sí mismo en la que existen problemas en diversas zonas, como por ejemplo en la relación interpersonal, en la imagen que tiene de sí mismo, en su estado anímico, etc..
Podemos alertarnos ante un TLP cuando veamos por ejemplo: vivencias de relaciones intensas e inestables, conducta compulsiva, sentimientos de vacío o aburrimiento crónicos, impulsividad, ira intensa e incontrolable episódicamente, no tiene muy claro sus metas, sus prioridades, su escala de valores (confusión).

Tratamiento cognitivo para los trastornos de personalidad
En los trastornos de personalidad existen unos esquemas (pensamientos) inadecuados que paralizan la conducta positiva y son precisamente esos pensamientos los que hay que desbloquear en todos los trastornos de personalidad.


Ejemplos de esquemas de pensamiento de los trastornos de personalidad

Obsesivo-compulsivo Los detalles son cruciales
Por dependencia Necesito de la gente para ser feliz
Pasivo-agresiva La gente interfiere en mi libertad de acción.
Paranoide Hay que vigilar constantemente porque la traición puede venir de cualquier parte.
Narcisista Como soy especial debo tener reglas especiales.
Antisocial La gente es tonta yo tengo derecho a no respetar las normas.
Esquizoide y Esquizotípico Las relaciones son indeseables.
Por evitación No puedo soportar los sentimientos desagradables de rechazo y humillación.
Histriónico Soy tan buena que no tienen derecho los demás a negarme lo que yo quiero.
Límite Siempre estaré solo.
Soy malo, merezco el castigo.
No soy capaz de controlarme.
Tengo que protegerme de la gente porque me puede hacer daño
.
Si me conocieran realmente no estarían conmigo.