jueves, 7 de mayo de 2009

Conoce a tu depredador (2ª parte)



Mecanismos de defensa de las víctimas de violencia psicológica

•Mantiene una relación con su agresor, al que agradece intensamente sus pequeñas amabilidades.
•Niega que haya violencia contra ella y, si la admite, la justifica.
•Niega sentir ira o malestar contra su agresor
•Siempre se muestra dispuesta a contentar a su agresor.
•Siente que el agresor la protege.
•Cree que las personas que desean ayudarla están equivocadas y que su agresor tiene la razón.
•Le resulta difícil abandonar al agresor aún después de tener el camino libre.
•Teme que el agresor regrese a por ella aún cuando esté muerto o en la cárcel.

¿Por qué no se denuncia?

•Falta de información.
•Indefensión aprendida.
•Baja autoestima.
•Intimidación.
•Autoengaño.
•Dependencia emocional, económica o social.
•Pensamientos irracionales.
•Consecuencias sociales.
•Vergüenza.
•Falta de apoyo y miedo al agresor.

Conductas consideradas como maltrato psicológico

•Criticar constantemente las habilidades como pareja, madre o empleada.
•Comportarse de manera sobre protectora
•Celos
•Amenaza con hacer daño a los hijos, familiares o a sí mismo
•Impedir a su pareja ver a sus familiares o a sus amigos
•Enojarse inesperadamente
•Destruir las pertenencias de su pareja
•Negar el acceso a recursos de la familia tales como el coche, las cuentas del banco, las tarjetas de crédito.
•Intimidación o manipulación.
•Pegar con la mano, puño, patear, empujar o morder.
•Impedir el ir donde una quiera, cuando y con quien una quiera.
•Forzar a tener relaciones sexuales.
•Humillar, menospreciar o avergonzar a la pareja frente a otras personas.

Características generales del maltratador

•Baja autoestima.
•Se apresuran en las relaciones de pareja.
•Excesivamente celosos.
•Exhiben conductas controladoras.
•Esperan servilismo de sus parejas.
•Son misóginos (creen en la supremacía de los hombres).
•Habilidades comunicacionales deficientes.
•Utilizan la bebida o la agresión para hacer frente al estrés.
•Culpan a otros por sus acciones.
•Son muy sensibles a la crítica.
•Presentan personalidades duales (en casa y fuera de casa).
•Exhiben crueldad hacia los animales.
•Conductas destructivas (rompen cosas).
•Adicción al alcohol u otras sustancias.
•Historia de violencia.
•Utilizan la fuerza para obtener relaciones sexuales inclusive después de un incidente violento.
•Aíslan.
•Minimizan el abuso.
•Excesivamente críticos de sus parejas.
•Demuestra conducta impredecible.
•Menosprecia verbalmente a su víctima.
•Siempre pide otra oportunidad, siempre dice que cambiará.
•Es tenaz.
•Juega con el sentimiento de culpa de su pareja.
•Puede parecer encantador a los demás.
•Tiene una mente cuadriculada.
•Su manera o ninguna.
•Está enfadado con las mujeres.
•Considera su conducta violenta como aceptable.
•Cree en roles de genero.
•Se adueña de la personalidad de su víctima (“antes muerta que divorciada, si no eres mía no eres de nadie”).

martes, 5 de mayo de 2009

Conoce a tu depredador



La violencia de los hombres contra las mujeres plantea un problema muy amplio y complejo además de una violación de los derechos humanos.

Hasta finales del siglo XX no se califica de delito la violencia del hombre en casa. En la 1ª Conferencia de Mujeres de las Naciones Unidas de 1975 aún se consideraba la violencia doméstica como un asunto de familia. En 1985, en la Conferencia Mundial de Nairobi ya se empezó a considerar la violencia doméstica como aquella que pone en peligro los derechos fundamentales, la libertad individual y la integridad física de las mujeres. Finalmente, en Beijing (1995) se reconoce la violencia contra las mujeres como un obstáculo para la igualdad, el desarrollo y la paz de los pueblos, impidiendo que las mujeres disfruten de sus derechos humanos y libertades fundamentales.

Definimos VIOLENCIA como un patrón de conducta que se usa para ejercer coerción y control sobre alguien, y puede incluir MALTRATO FÍSICO, SEXUAL, ECONÓMICO, EMOCIONAL Y PSICOLÓGICO.

Cualquier persona puede ser víctima de la violencia doméstica, pero la gran mayoría son mujeres ya que se trata de una expresión de dominio del hombre sobre la mujer.
Está fundada en un reparto desigual del poder entre hombres y mujeres, producto de la agresión social, su dependencia económica y la asignación de roles en base a una estructura patriarcal.

La VIOLENCIA PSICOLÓGICA es cualquier acto o conducta intencionada que cause un daño emocional. Consiste en enviar mensajes y gestos o manifestar actitudes de rechazo.
La intención es humillar, avergonzar, hacer sentir insegura y mal a una persona, deteriorando su imagen y su propio valor, con lo que se daña su estado de ánimo, se disminuye su capacidad para tomar decisiones y para vivir su vida con gusto.

Para que el MALTRATO PSICOLÓGICO se produzca tiene que mantenerse durante cierto periodo de tiempo. Tiempo en el que el verdugo asedie, maltrate o manipule a su víctima y llegue a producirle la lesión psicológica, dejando a la víctima incapacitada para defenderse.

El Maltrato psicológico puede darse de manera ACTIVA o PASIVA. Pasivo es la falta de atención a la víctima o abandono emocional. Activo es un trato degradante continuado que ataca a la dignidad de la persona.


Desde la posición de VICTIMA a veces es difícil detectar el padecimiento de violencia psicológica porque en esas situaciones a menudo desarrollamos mecanismos psicológicos que ocultan la realidad cuando resulta excesivamente desagradable.
Aprendemos a NEGAR y a INTELECTUALIZAR la violencia de la que somos víctimas, buscamos justificación para la actitud del agresor y a veces recurrimos a culparnos de lo que sucede. Buscamos en nuestras actitudes pasadas y presentes el motivo del maltrato. Recorremos una a una nuestras palabras, gestos, acciones buscando la causa de la violencia que creemos hemos provocado.

¿Cómo detectar abuso, maltrato o violencia psicológica?

•Si das vueltas a situaciones incomprensibles que te producen padecimiento o malestar, intentando averiguar el porqué.
•Si sufres en silencio una situación dolorosa y esperas que las cosas se solucionen por sí mismas.
•Si te sorprendes a ti misma haciendo algo que no quieres hacer.
•Si has llegado a la conclusión de que la situación dolorosa que sufres no tiene solución porque te la mereces.
•Y si te sientes mal frente a una persona, si te produce malestar, inseguridad, miedo, emociones intensas injustificadas, un apego o un afecto que no tiene justificación, una ternura que se contradice con la realidad de esa persona, si te sientes poca cosa, inútil, indefensa o tonta delante de esa persona.


Continuará...

domingo, 3 de mayo de 2009

El sentido de vivir




Se encontraban madre e hija en la habitación de la clínica donde apenas unas horas antes, la primera de ellas era operada. El padre, nervioso y asustado todavía, daba vueltas por el edificio, sin saber demasiado como ayudar, en una situación totalmente nueva para él. La vida, en pocos días, daría un giro a esa familia. Siempre preocupados por otros. Padres ancianos, hijas infelices y poco ávidas de recursos. Ahora deberían empezar a ocuparse de ellos, o más concretamente, de ella. La madre, mujer de unos 70 y pocos años, diagnosticada escasos días antes de un cáncer de mama, tan frecuente en nuestros tiempos pero tan poco asumido en una familia que jamás había sufrido ningún caso.

Vecinas de su edificio, aquellas con las que compartiría la ilusión de un nuevo comienzo, fueron tratadas por ese mismo motivo, años antes, pero esa mujer nunca llegó a pensar que a ella podía ocurrirle semejante infortunio.

La hija mayor, al saber la trágica noticia, se preocupaba por la posibilidad de que le quedara pelo a su madre tras la quimioterapia, asegurada en estos casos. La consolaba diciéndole que en algunos casos el pelo no cae. La hija pequeña, siempre más evolucionada, no por razón de estudios, lamentaba pertenecer a esa familia que parecía no entender el valor de la vida. Tras su separación se desplazó a una ciudad distinta y mantuvo casi exclusivamente un contacto telefónico para evadirse del control que pretendían tener con los miembros del clan familiar.
Se cansaría de pelear, de ser etiquetada como rebelde, como tonta por pensar más con el corazón que con la cabeza y quería vivir como sus sentidos así le dictaran.

El padre, un hombre de 75 años, dependiente por completo de su esposa, fiel a ella en toda la extensión de la palabra. Se descomponía por dentro pensando en un futuro incierto. Pero sólo era un diagnóstico.

Aquella mujer se operó a tiempo. Salió con buen pronóstico de la clínica pero alguna cosa cambió en su interior.

El destino le ofrecía un respiro además de darle un pequeño aviso, para que se tomara las cosas con más acierto. Tenía que aprender más a escuchar aquellas señales que se le mostraban en su camino. Reconocería tras ese suceso, que en la vida nada ocurre por casualidad, todo tiene una razón de ser. No volvería a repetir esa frase tan común en ella: “Voy pasando...”. Porque por la vida no se pasa, se vive, se siente, se aprende y sobretodo, se disfruta de este paseo terrenal.