sábado, 20 de noviembre de 2010

Loki




Naciste a primeros de agosto de unos excelentes padres, aunque por desgracia no pudiste seguir con ellos, imagino que eso a tí poco te importó. Como buen perro, lo único que deseas es una vida gratificante al lado de unos humanos que te cuiden, te proporcionen cariño, buenos paseos y lo más importante, ¡mucha comida!

Te recogimos dos meses más tarde, tras preparar tu nuevo hábitat y desde el primer momento te adaptaste a la perfección.
¡Qué diferente hubiera sido para nosotros esa adaptación si hubiéramos estado en tu lugar!
Tú sólo pedías atención y alimento y como recompensa podemos asegurar que darías tu vida por nosotros.

Algunas veces cuando estoy contigo te observo y me gusta lo que veo. Te siento feliz, alegre, loco y atolondrado cuando comparto mi tiempo contigo, y eso me place porque aprendo a quererte, a disfrutar de las pequeñas cosas, de esos momentos en los que comparto a tu lado.
¡Es tan fácil hacerte feliz! que me siento egoísta cuando me quejo, cuando exijo, cuando me frustro...

Rebosas entusiasmo cuando nos ves, cuando apenas estamos unos minutos a tu lado pendientes de un reloj que gobierna nuestras vidas humanas. Y tú, siempre esperas atento nuestro regreso, nunca te muestras cansado, decepcionado, rechazado, al contrario, siempre sabes darnos lo mejor de tí. Eso, querido Loki, lo valoramos y apreciamos y aunque sólo seas un perro, eres parte de nuestra familia como los peces del estanque o los pájaros que visitan nuestro entorno, construyendo sus nidos para pasar el invierno o tener a sus crías.

Cuanto más observas a los animales más aprendes valores como la lealtad o la tranquilidad, despertando en tí un sentimiento de gratitud que como humanos parecíamos haber perdido.

Gracias Loki por "casualmente" ser miembro de nuestra familia. Te queremos.

1 comentario:

victorvv dijo...

Que suerte para Loki haberte conocido.

La verdad es que deberíamos aprender de los animales. Porque a veces son más "humanos" de lo que parecen...