martes, 10 de febrero de 2009

AMOR




Faltan pocos días para celebrar el día de San Valentín, o mejor dicho día de los enamorados, día en el que el amor es lo más importante sobre todo para el consumismo de este país, como si no amáramos el resto del año. Es una costumbre muy arraigada que acentúa el gasto al que estamos abocados. Todas las cadenas de televisión se ponen de acuerdo para recordarnos que hay que materializar el amor que sentimos por nuestra pareja a pesar de que el resto del año prescindamos de recordárselo.
Vamos a empezar dando un poquito de sentido a esta palabra que tantos sentimientos contempla. El amor puede definirse de muchas maneras y seguro que cada cual tendrá su propia manera de hacerlo. Todos estaremos de acuerdo en que es una emoción, un sentimiento que surge de nuestro interior para expresarse en el exterior. Amamos el nuevo día que nace, el amanecer, un bonito atardecer, el volar de las gaviotas, el aire que respiramos, la persona con la que compartimos lecho y a un impensable sinfín de cosas que nuestros sentidos perciben. El amor es algo ligado a la vida. Empezamos amándonos a nosotros mismos porque sin nuestro propio amor no podríamos contemplar la belleza del mundo. El roce produce afecto y éste amor hacia otras personas distintas a nosotros. Sin el primer paso de amarnos a nosotros mismos no seríamos capaces de expresar ese mismo sentimiento a lo que nos rodea.
Sentir amor produce felicidad y bienestar por eso es muy saludable practicarlo a diario. Tengas o no tengas pareja tienes que practicar enamorarte cada día un poquito más de tu propio ser, del nuevo despertar que te conduce a vivir un nuevo día, de las pequeñas cosas que forman parte de ese día.

Un profesor de Doctorado que tuve nos habló un día del amor y nos dijo que era una emoción que podía expresarse de diferentes maneras, en concreto de 3:
1. EROS, sería el amor romántico.
2. STORGE, sería la amistad.
3. LUDUS, el juego.
Cada estilo o forma de amor mencionada podía mezclarse con otra y dar nuevas formas. Así si mezclamos el amor romántico con el juego encontraríamos un estilo de amor dependiente y posesivo. Sin embargo si mezclamos el juego con la amistad el amor sería más funcional o práctico. Mientras que si mezclamos la amistad con el amor romántico obtendríamos el amor más incondicional, el menos egoísta a la hora de expresarlo.

Que cada cual saque sus propias conclusiones pero sí es cierto que el estilo de amor que expresamos a menudo va ligado a nuestra edad madurativa y a nuestra propia autoestima. Así una persona que confía poco en sí misma y en sus cualidades mostrará un amor dependiente y se comportará recelosa porque al no sentirse segura de sí misma no podrá confiar en la fidelidad de su pareja.
Del mismo modo una persona con bastantes experiencias en su haber, con una pareja estable habrá llegado a equilibrar su relación para vivirla con armonía entendiendo que en el otro además de afecto y pasión hay que encontrar a un buen amigo en el que confiar.
La juventud, la adolescencia, la inmadurez apuestan más por el estilo amoroso del flirteo y la noche loca porque ya tendrán tiempo con la madurez de sentar la cabeza.

En cualquier caso sirvan estas escuetas líneas para elogiar el amor y regalar un poquito del mío a todos los que me leéis.

2 comentarios:

Paco dijo...

Si que es verdad que el consumismo acaba desvirtuando esos dias señalados.

Para amar solo es necesario demostrarlo cada día. Esos pequeños gestos casi imperceptibles, pero que tu pareja nota cada día.

Esperar un año para regalar el ramo de flores o los bombones, es consentir que la sociedad de consumo nos tiene atrapados en sus redes.

Un beso

Maite dijo...

Hola! Sólo entro para darte la Bienvenida. Has estado en casa... y me alegro de ver que te has lanzado a la aventura de escribir. Te deseo muchisisma felicidad en tu nueva andadura. (No te he leido aún, pero creo que lo que veo e intuyo me gusta)

Australia está muy lejos pero tu estas aqui.

Un abrazo,